FALLECIMIENTO DEL PROFETA SWS

 

 

Cuando el Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) regresó del Hayy empezó a mostrar señales de cansancio, y en el año 11 H. a finales del mes de Safar el Profeta (salla Allahou alayhi wa salam)  se enfermó, su enfermedad comenzó en la casa de la madre de los creyentes Maimunah bint Al Hâriz –radiAláuanha-.

 

El Mensajero (salla Allahou alayhi wa salam) organizaba los asuntos de los musulmanes aún en su enfermedad.

 

El Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) cuando estaba enfermo organizaba los asuntos de los musulmanes y entre ellos la preparación del ejército de Usâmah bin Zaid –radiAláu’anhu- para luchar contra los bizantinos. Cada noche cambiaba a una de la casa de sus esposas.

 

Al agravarse su enfermedad el Mensajero (salla Allahou alayhi wa salam) pidió el permiso de sus mujeres para ser atendido en la casa de la madre de los creyentes AisharadiAláuanha- y se lo permitieron.

 

El Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) al estar en la casa de Aisha se acercó el tiempo del rezo del Isha y su enfermedad había agravado al grado que no pudo salir a la mezquita. Decía:

 

«¿Los hombres han rezado?» Y le respondían: «No, ellos te esperan ¡Oh Mensajero de Alá!»

 

Se desmayó y se despertó en tres ocasiones, y cada vez preguntaba:

 

«¿Los hombres han rezado?» Y le respondían: «No, ellos te esperan ¡Oh Mensajero de Alá!»

 

Cuando el Mensajero (salla Allahou alayhi wa salam) no pudo dirigir la oración le ordenó a Abu Bakr que rezara como dirigente de los hombres. En un día de su enfermedad salió el Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) apoyado en dos hombres para la oración de Dhuhr, Abu Bakr al verlo se hizo para atrás y el Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) le dijo que permaneciera en su lugar, así, Abu Bakr rezó parado y el Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) sentado.

 

El día lunes 12 del mes de Rabi’ Al-Aual salió el Mensajero (salla Allahou alayhi wa salam) de la alcoba de Aisha y bajo las cortinas –radiAláuanha- vio filas de hombres que rezaban detrás de Abu Bakr en la mezquita, sonrió y regresó a la alcoba y bajo las cortinas.

 

A medio día del día lunes 12 del mes de Rabi’ Al-Aual año 11 de la Hégira, falleció Muhammad (salla Allahou alayhi wa salam) mismo tiempo que su entrada a Madinah.

 

Cuando los Sahâbah escucharon la noticia del fallecimiento del Profeta (salla Allahou alayhi wa salam) la mayoría no podían creerlo, y Abu Bakr permanecía en su casa de As-Sunh y al llegar a la alcoba de Aisha tapo el rostro del Mensajero –(salla Allahou alayhi wa salam) y lo besó, después dijo: «Sacrificaría a mi madre y a mi padre por tu causa, eres agradable en tu vida y en tu muerte». Luego salió a donde se encontraba la multitud y dijo:

 

«Quien adora a Muhammad sabed que Muhammad ha muerto y quien adora a Alá sabed que Alá vive y no muere»

 

Después recitó la palabra de Alláh:

 

Muhammad no es sino un Mensajero, a quien precedieron otros. ¿Si muriera o le dieran muerte, volveríais a la incredulidad? Mas quien volviera a ella, en nada perjudicará a Alá. Alá retribuirá a los agradecidos. 3:144.

 

En ese momento la multitud supo que el (salla Allahou alayhi wa salam) en realidad había fallecido. Después fue lavado, cubierto y enterrado en la alcoba de la madre de los creyentes Aisha, lugar donde falleció.


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